jueves, 6 de septiembre de 2018

Me gustan los villanos...

Historia que vemos, leemos, conocemos, y pensamos, suele tener un héroe. Y para que haya uno, debe estar también su contraparte: el villano.

El héroe, sabemos, que es esa persona a la que se le asigna una misión, o que decide hacer justicia por mano propia, porque nace de su interior la idea de hacer el bien. No se le es impuesto, sino que está arraigado en su naturaleza.

Por lo tanto, al conocer la historia a través de los ojos del protagonista/héroe, podemos identificarnos con sus sentimientos y su idea del bien. Sabemos qué está bien y qué está mal. ¿Pero siempre es así?

¿Por qué tiene siempre la razón? ¿Por qué su enemigo hace las cosas mal? ¿Y cómo sabe que el villano es tan villano? ¿Conoce su historia, sus propósitos verdaderos?

El villano de turno siempre es descrito como una persona malvada, sin escrúpulos, que sólo quiere hacer el mal, sin motivo aparente. Pero, ¿qué si los tiene? No conocemos su historia, cómo llegó a ser lo que es. Y si llegamos a saber algo de ella, entonces ¿por qué no nos hace ruido que tal vez por algo ha crecido para ser así?

Por lo tanto, retomo el título de esta entrada: Me gustan los villanos.

Bueno, no todos, pero suelo empatizar por algunos de ellos al grado de querer entender por qué son así, y hasta pensar que tienen razón de querer lo que quieren. Es aquí que podemos mencionar lo que más me gusta de ellos: el nivel de complejidad. Son tan complejos que nos hacen querer saber más de ellos (cuando no estamos odiándolos).

Hay un fragmento de un libro que leí hace años que me gusta mucho. Es de Hija de Humo y Hueso (2011). No es un clásico, que seguro es lo que se esperaban cuando estaba por introducirlo, pero dice algo que me dejó pensando:

Forma parte de la condición de monstruo no identificarse como tal. Es como el dragón que mientras estaba agachado en una aldea devorando doncellas y escuchó a los campesinos gritar: «¡Un monstruo!», y se volvió para mirar.

Imaginen la situación: un dragón que destruye una aldea y come a sus habitantes.

¿Es malo? Por supuesto. A ojos del bien, lo es. ¿Pero desde su naturaleza? ¿Es malo o es común? Un animal que ha crecido en un entorno en el que destruir y matar no está mal visto. Pero que al salir de ese lugar, encuentra un mundo en donde lo que hace está mal. Entonces escucha gritar "¡Un monstruo!" y se da la vuelta para ver al supuesto monstruo. No se mira a él, porque no se identifica como tal.

Por lo tanto, ¿tenemos que culpar en un 100% al villano de la historia?



Mientras escribo esto, pienso en un personaje que AMO y que las demás peras saben quién es. Pero no lo diré ahora porque siento que necesita una entrada aparte para que pueda explicar mi amor, y mi entendimiento, además de defender sus acciones, porque sí tienen defensa y nO ENTIENDO POR QUÉ LA GENTE NO LO TIENE EN CUENTA. Y OK ME CAlmo.

Así que debería poner otros ejemplos... Pero he aquí un problema. No puedo nombrar a alguien en específico porque luego de terminar un libro/peli/serie/dorama me pongo a pensar y rescato cosas interesantes de ellos.

Conocemos al villano por los ojos del héroe. Pero este no se va a parar en medio de la batalla a preguntarle "Che, ya sé que somos enemigos y tengo que vencerte, pero me gustaría saber por qué querés destruir el mundo, la razón específica. Dale, contame mientras te cebo unos mates".

Alguna justificación debe haber. ¿Qué tal si desde pequeño fue instruido en el mal, y no por decisión propia? ¿Y si alguien muy querido para él murió y a cambio busca su venganza? ¿Y si sufrió por algo y eso lo trastornó hasta el punto de actuar ahora de esa forma?



Bueno, este es mi tema del día de hoy. ¿Qué opinan ustedes de los villanos? ¿Los odian o hay alguno que les gusta? Mi favorito es... bueno, tengo que revelarlo a la espera de que me traten de loca, o no, es Jonathan Christopher Morgenstern, de la saga de Cazadores de Sombras. Como dije antes, siento que hablar de él necesita una entrada aparte, así que más adelante se las traeré.

Nos leemos pronto.
Saludos



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